Seguro que no sólo pasa en mi casa: cuando nace un niño por alguna extraña razón toda la familia se lanza a buscar parecidos como si no hubiera un mañana. Que si se parece al padre, a la madre, a los abuelos, o a la tía Josefina esa a la que ni siquiera conoces. Generalmente aquello acaba casi convirtiéndose en una competición, aún en casos en los que los niños parecen fotocopias de alguno de los padres. La familia paterna se empeña en que es igualita a alguien de su lado y lo mismo la materna.
Es agotador.
En el fondo ¿qué más dará a quién se parezca? En mi caso nunca he tenido la sensación más que en momentos puntuales de que mis hijas se me parecieran físicamente. Sin embargo, sí que me veo en ellas en su personalidad. Me reconozco en sus gestos, en su manera de hablar, en su sentido del humor mucho más que en si tienen las orejas así o asá.
Lo más curioso es que estas cosas ni siquiera tengo sensación de que sean genéticas. Creo que mis hijas hablan como yo o mueven las manos como yo lo hago sencillamente porque pasamos mucho tiempo juntas. Al final es una cuestión de roce. Y me gusta que así sea, para mí tiene importancia. Siempre me llama la atención cuando ves a alguien que es claramente adoptado (porque es de distinta raza que sus padres, por ejemplo) que se parece mucho en el carácter a sus padres. Y es que hay cosas que son y otras que se modelan.

Hace poco me mandaron una nota de prensa que me pareció muy interesante porque venía a hablar de la tecnología de Fenomatch que está especialmente pensada para ser aplicada la donación de óvulos y espermatozoides.
Ya os he hablado con antelación de que retrasar la edad para tener hijos tiene consecuencias en la fertilidad. Es una mierda, para qué nos vamos a engañar, porque la vida no siempre nos permite tener hijos cuando biológicamente es mejor, pero es lo que es. A partir de los 35 años la fertilidad desciende en picado y más mujeres de las que nos pensamos tienen que acudir a la ovodonación.
En nuestro país, como os conté aquí, no hay un catálogo de donantes. Hemos visto en las películas como los padres seleccionan al donante, pero aquí no es así. La ley de reproducción asistida de 1996 asegura el anonimato de los donantes y lo único que los futuros padres tienen garantizado es que el óvulo o el esperma será de donantes fenotípicamente similares, es decir, que tengan el pelo del mismo color, la misma raza, complexión que uno de los miembros de la pareja.
Pero ¿Y parecen de verdad a los receptores? Es uno de los miedos más comunes, que no se parezcan. A todos los miedos que se tienen en un tratamiento de fertilidad se suma éste. La verdad es que no sé si para mí sería importante… creo que no porque como os digo yo me reconozco más en mis hijas en lo psicológico que en lo físico y para mí está bien. Pero al fin y al cabo es algo que digo a toro pasado y con mis hijas ya criadas. ¿Sería lo mismo si no tuviera ningún bebé, estuviera llena de dudas y me enfrentara a un proceso de fertilidad? No tengo ni idea.
Fenomatch, que me desvío, cuenta con la tecnología BigData que es un sistema pionero de reconocimiento facial 3D. Como explican ellos «Estos avanzados algoritmos convierten, en apenas unos segundos, una imagen facial en una fórmula matemática que representa 100 puntos nodales de distinción facial. El resultado es una impresión precisa de datos faciales, que no cambian con la edad o el aumento o pérdida de peso del individuo. Es lo que se denomina Fenomatch Score: la identificación del donante de óvulos o espermatozoides más óptimo, es decir, que coincida con la estructura ósea y, por lo tanto, sea más probable que ayude a tener un hijo que se parezca a su padre o madre.»
CURIOSIDAD: se busca que no sean exactamente iguales al 100% para evitar riesgos de consanguinidad.
Con esta técnica – que se puede solicitar en las clínicas – los padres se aseguran que los hijos se parezcan a ellos. Es bueno que esté, pero también lo es que nos relajemos y le demos la importancia que realmente tiene. Y si vuestros hijos no se os parecen físicamente ¿qué? ¿Que es más importante, que tengan la nariz como vosotros o que tengan vuestros valores?
UN JUEGO
¿Queréis salir de dudas y saber a quién se parecen vuestros hijos desde un punto de vista biométrico? En este link podéis jugar a averiguarlo ¡y es gratis! ¿Os atrevéis?
Más información:
Una respuesta a «¿A quién se parecen tus hijos? La ciencia te contesta»
¡Qué inventos! Pero es un gran avance, porque todos queremos que nuestros hijos se nos parezcan, aunque en mi caso ¡aún estamos intentando averiguar a quién se parecen los míos!