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Gimnasia rítmica: La cara A y la cara B del deporte base

Este año mi hija mayor ha comenzado a competir en gimnasia rítmica. No os creáis que la vais a ver en los Juegos Olímpicos, ya os lo aviso: yo sé, y ella sabe que es del montón. Del montón de arriba si queréis, pero no me va a jubilar ni me voy a hacer rica con los contratos millonarios que le van a llover (oh, wait, es gimnasia rítmica… si aunque fuera una crack tampoco iba a pasar). Sin embargo, estamos muy contentas con la experiencia. Hoy os hablo de este deporte, de sus luces y sus sombras.

Beneficios del deporte de competición para los niños
Aparatos de gimnasia vía shutterstock

Obviamente cada uno cuenta la feria como le va. La gimnasia rítmica es un deporte muy sacrificado: para conseguir resultados se requiere una combinación de condiciones físicas alucinantes, horas de entrenamiento sin descanso, tener un buen día y que además, las notas de los jueces sean justas. Hay deportes que son pura objetividad. En una carrera de velocidad la técnica nos permite establecer sin lugar a dudas quién ha llegado el primero. En gimnasia rítmica esto no es así: depende del ojo de las jueces que valoran el ejercicio y entran en juego tanto errores humanos de apreciación como directamente favoritismos. Sí, en rítmica hay mucho de eso, lamentablemente, y lo peor es que es a todos los niveles.

Lo peor de la rítmica es la subjetividad y también la exigencia a veces desmesurada a las criaturas. Almudena Cid en la saga de Olympia en la que ficciona sus años en el equipo nacional cuenta cómo la obsesión por el peso podía llevar a las niñas a trastornos alimenticios importantes. Es cierto que es un deporte estético y que además, para más inri, este apartado está incluido en el código explícitamente (la apariencia descuenta puntos), pero hay líneas que no se deberían sobrepasar nunca, a mi modo de ver. No las deberían sobrepasar en las categorías superiores, pero en las inferiores menos aún. El deporte siempre debería promocionar la salud y no lo contrario.

Niña practicando gimnasia
Niña entrenando vía Shutterstock

Pero dejando a un lado la cara menos amable de la rítmica lo cierto es que son muchos los beneficios de la práctica de este deporte para las niñas (y niños, que alguno hay, aunque sea de manera testimonial). Lo cierto es que muchos de estos beneficios son comunes a otros deportes y podemos extrapolarlos perfectamente a la práctica de cualquiera de ellos.

A mí me gusta que la rítmica se practique mayoritariamente en grupo. Los deportes de equipo son fantásticos para los niños porque les obligan a poner a sus compañeros por encima de ellos. La infancia a veces es una etapa un poco egoísta de nuestra vida y tendemos a poner nuestras necesidades siempre de relieve. Hacer deportes de equipo, rítmica en este caso, les obliga a pensar en el grupo además de sí mismas. Hay momentos en que a mi hija no le apetece nada ir a entrenar pero sabe que si no va ella se fastidian sus compañeras porque no pueden ensayar en condiciones; su falta tiene consecuencias para el resto. Así que se vuelven muy responsables. Por encima de ellas está el equipo y esto es una lección vital súper importante a mi modo de ver.

Entrenamiento de gimnasia rítmica
Entrenamiento de gimnasia rítmica vía Shutterstock

La gimnasia rítmica es un deporte muy sacrificado físicamente. Tienen que forzar límites, entrenar muchísimo tratando de elongarse lo máximo posible y esto hace que muchas veces el entrenamiento resulte doloroso. Las niñas sin embargo aprenden a no quejarse por unas agujetas, por un entrenamiento duro y a sobrellevar el esfuerzo físico. La suerte es que el deporte les devuelve bastantes beneficios: el cuerpo se estira, los músculos se definen de una manera muy bonita y la coordinación y gracilidad de movimientos les acompañarán toda la vida. ¡Y aprenderán a bailar!

De todas maneras a mí lo que más me gusta es el espíritu de equipo que se crea. Cuando una de las niñas falla, que el resto vayan a consolarla y a decirle que hoy es ella y mañana puede ser otra me hace sentir muy orgullosa. Sólo por eso merece la pena el sacrificio, el madrugar, el competir, el que las cosas a veces no salgan como deberían. Las lecciones que extrae mi hija del deporte sé que le acompañarán toda la vida. ¿Que su deporte tiene una cara B? ¿y qué deporte no la tiene?

Fotos: Shutterstock

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

7 respuestas a «Gimnasia rítmica: La cara A y la cara B del deporte base»

Madre mía, no tenía ni idea de que hubiese esas exigencias ya desde niñas. Creo que con el ballet pasa algo parecido. Ahora entiendo a una madre que me insistía en que este tipo de extra escolares no son cualquier cosa. Das con un descerebrado como instructor y te hunde moralmente a la criatura.

Yo creo que los padres debemos llevar a nuestros hijos o hijas a este tipo de deporte siempre y cuando estemos dispuestos el día de mañana a que nuestros hijos quieran dejar de estudiar porque necesiten más horas de entrenamiento. Una amiga de mi hija con 9 años llora cuando tiene que ir a entrenar porque Le duelen las piernas y las ingles y esq hay días que la veo y casi ni puede andar. Su madre Le dice que no puede faltar a los entrenamientos… Y digo yo… Si a la vez tb Le exiges que traiga buenísimas notas escolares… Cuando llegue a la ESO y tenga una edad en la que Le exigían más horas de entrenamiento… Que hará?
Si lleva desde los 5 años entrenando y sufriendo pero ella quiere seguir y aparcar más los estudios… La dejará hacerlo? O Le dirá que lo importante son los estudios y lo otro ya se verá si llega a algo…
Creo que hay que pensar muy muy mucho en qué deportes iniciamos a nuestros hijos y sobre todo hasta que punto estaremos dispuestos a apoyarles para seguir.
Son ellos los que se pasan la vida entrenando para que cuando llegue el momento de decidir que vas a hacer tengas que aparcar tus sueños.
Con esto hago una crítica para que los padres eduquemos en la responsabilidad y cumplir horarios pero tb tenemos que ver que son niños y saber qué Le estás dispuesto a sacrificar en la vida de tu hija o hijo..

Creo que siempre hay que tener claro donde metes a tus hijos no solo en deportes sino en cualquier actividad extra escolar, porque nunca sabes cuales pueden ser las consecuencias; pero ser tan drástico diciendo que este deporte es extremadamente exigente y que incita a que si quieres llegar a algo tienes que dejar de estudiar me parece muy atrevido ya que cualquier deporte a niveles altos como es lógico exige su máxima dedicación pero nunca dejando los estudios a un lado. Es más para poder seguir en club importantes compitiendo te exigen buenas notas.

Nadie dice que en ningún sitio que tengan que dejar a un lado los estudios. Hablo de las notas DE LOS JUECES. LAS PUNTUACIONES que les ponen en el tapiz. De hecho es una de las cosas que me gustan de este deporte a nivel élite es que se han preocupado de que las gimnastas estudien. Alejandra Quereda, actual seleccionadora individual compaginó la práctica en la élite con los estudios de medicina, por poner un ejemplo.

Un post muy interesante. Mi opinión es que el deporte sólo es eso, con esto quiero decir que no importa el tipo que de actividad, lo que realmente puede suponer un esfuerzo poco adecuado es la exigencia que le pongan a los hijos. Es verdad que todos pensamos en sacrificio, esfuerzo, disciplina, etc, cuando hablamos de gimnasia rítmica, pero la realidad es que este deporte se puede practicar como un entretenimiento. El problema viene cuando los padres quieren que su hija sea una profesional de un deporte como este, ahí se debería preguntar la madre en cuestión si realmente lo hace por la hija o lo hace por ella misma.

Además, para los niños esto deberia ser una simple actividad que puedan disfritar y que les guste, porque vemos a algunas madres con muchos complejos en la mochila que pagan la frustración con los hijos, exigiendoles cosas que no tienen ningun sentido. Dejemos a los niños ser nichos y aprender, no querrramos convertirlos en maquinas que hacen todo bien y en profesionales del deporte. Porque el deporte es para los niños es un juego, no un trabajo. Si nos damos cuenta de esto estaremos haciendo algo bien, pero tal y como veo a las madres y padres, parece que seguimos el camino contrario, en el que el niño tiene que ser un prodigio en cualquier deporte que decidan los padres.

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