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Donemos dinero, coño

El día 19 de octubre de 2018 es el día de la lucha contra el Cáncer de Mama y, si bien ha sido una causa que me ha sensibilizado siempre, éste me toca de manera especial. El miércoles fallecía Miriam, mamá en red, y no lo hacía “por una larga enfermedad”, que es el eufemismo que suele utilizarse en estos casos. Fallecía de cáncer de mama metastásico, algo que ella nos enseñó que hay que llamar con todas sus letras. Lo que no se cuenta, no existe, no se ve, no se invierte dinero en ello. Que al final es la madre del cordero.

Miriam Ruiz de Larrinaga, Mamá en Red

Miriam tuvo mala suerte en esta lotería que es el cáncer. Es verdad que hay que dar un mensaje esperanzador: la mayoría de los cánceres de mama se curan y sólo son una minoría los que acaban siendo metastásicos, un estadio hoy por hoy incurable. Pero esos cánceres también cuentan y no podemos dejarlas abandonadas de la mano de dios. Ya no porque “podamos ser nosotras mañana”, que también. Es que esas mujeres tenían vidas maravillosas por vivir (o vidas de mierda, pero eran las suyas), familias que los querían, hijos, sueños y esperanzas y es una mierda que todo esto se vaya a freír espárragos por una enfermedad. Yo quiero que se salven las mujeres futuras que lo padezcan, pero me gustaría también una cura para las que están ya y esto pasa por invertir dinero en ello inmediatamente, hoy mejor que mañana, mañana mejor que pasado.

A Miriam le tocaron las peores cartas, decía. El cáncer incurable con la combinación peor posible, el más rápido, el más agresivo, el de peor pronóstico. Ya podía haberle tocado la Bonoloto, decía ella, que mantuvo su sentido del humor hasta el final. Y es que la jodida, ¡qué buena era!. Yo no sé si Miriam me consideraba una amiga. Sé que le alegraba leerme y que mis chorradas a veces le sacaban la sonrisa porque me lo decía, pero ella con su ejemplo me hacía sentir en absoluta desigualdad. Ella era un ejemplo tan brutal, tan grande que conforme fue evolucionando su enfermedad ella se iba elevando cada vez más de este mundo para convertirse una estrella, un ángel en vida. Nos daba una puñetera lección tras otra. ¿Sabéis? A veces cuando muere la gente de repente parece que a todo el mundo le da por alabar, convirtiendo demonios en purititos ángeles. Gente que psché, de repente se convierten en mitos. De la grandeza de Miriam todos nos dimos cuenta en vida. Con ella la palabra “seguidores” tenía otra dimensión completamente diferente a la banalidad absoluta que podemos ser, que podemos tener el resto. No era pena la que nos hacía seguirla. La seguíamos porque cada puñetero día nos daba una lección de vida… y no son tan frecuentes las personas a las que poder admirar incluso cuando vienen tan mal dadas.

Una de las cosas que más admiro de ella fue que de todas las opciones ella eligió contarlo. Tenía todo el derecho a desaparecer, a centrarse en los suyos, a lamerse sus heridas, a cabrearse con el mundo… y a pesar de eso Miriam decidió contarlo de la manera más honesta posible. Cuando estaba hecha un asco, el dolor inmenso de recibir noticias de mierda… recuerdo perfectamente una conversación con ella en la que me decía que ella era como yo, que necesitaba dejar las cosas ordenadas y estaba preparando a sus hijas con cuentos para que se fueran haciendo a la idea de que ella no estaría. Y a mí me daban ganas de decirle, “Miriam ¿tú qué te has fumado?, eres tan jodidamente empática y buena que hasta estando hecha un asco y teniendo que digerir tú todo lo tuyo te preocupas del futuro de los tuyos. Yo no sé si tendría la cabeza tan fría como tú jamás”. Y no es que ella fuera fría, ojo. Era una persona cercana, cariñosa y amable tan empática que hasta en eso se notaba. SI cuando no colgaba nada en redes luego volvía como pidiendo perdón ¿perdón de qué? Si no nos debía nada. Todo lo que hacía eran regalos vitales a gente que éramos, en el fondo, desconocidos. ¡Lo que no habrá dado a su gente cercana!. Yo no me quito de la cabeza a sus hijas, a su marido, a sus padres, sus amigos íntimos. ¿Cómo se afronta la vida sin alguien tan especial como ella?

Miriam no ha perdido una lucha contra el cáncer, gracias a ella lo sé. Ella eligió tratarse siempre, mantener la mejor de las actitudes y no ha perdido. Ha muerto, sí, pero no ha perdido nada porque nunca fue una batalla que dependiera de ella. Tengo claro que si así hubiese sido habría vivido mucho más tiempo. Lo que hizo Miriam fue elegir la vida, el tiempo que fuera y vivirla todo lo intensamente que le fuera posible. La vida no se vive una vez, se vive todos los días. Todos los jodidos y puñeteros días. Y eso fue lo que hizo. Cosió gorritos y cojines para las mujeres que se sometían a quimioterapia como ella, trató de llevar a sus hijas al cine si le era posible, y disfrutar de los suyos. Cuando ves cosas lo que ella hacía no puedes dejar de preguntarte si tú estarías a la altura si te ocurriera lo mismo.

Gracias Miriam por hacer del mundo un lugar mejor. Gracias por tu generosidad. Gracias por abrirte en canal y contarnos lo que se siente cuando se está tan vulnerable. Gracias por tu ejemplo, por tu calidad humana. Eres una estrella en el cielo mirando al Baztán y has dejado un trocito de ti en un montón de gente.

Y aunque estamos hechos un asco todos, el mundo sigue girando.

Nadie debería morir tan joven.

Donemos dinero, coño.

Más información:

  • Dona a la Asociación de Cáncer Metastásico de Mama que Miriam ayudó a crear. 

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

2 respuestas a «Donemos dinero, coño»

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