Joolz se ha convertido sin duda en una de las marcas del momento en lo que se refiere a puericultura pesada… lo que vienen siendo los carritos de bebé, para quien no está en el sector. Sin embargo, así como la historia de otras marcas es más conocida el gran público no sabe demasiado de cómo ha conseguido esta marca en unos pocos años convertirse en referente. Hoy os voy a contar un pedacito de la historia de Joolz para que le cojáis más cariño aún si cabe.
Corría 2004 cuando Emile Kuenen fue invitado a un paseo en barco por los canales de Amsterdam y ya se sabe cuando un montón de padres recién estrenados se juntan… acaban hablando de los niños. Muchos de sus amigos se quejaban de los diseños de sus actuales carritos de bebé porque no satisfacían algunas de las necesidades que tenían así que, lo que son las cosas Kuenen, que no tenía hijos por aquel entonces, se vio diseñando el carrito perfecto en ese barco. Y ahí cada uno pedía: que fuera ergonómico, seguro, cómodo, fácil de usar, que se plegara bien, que tuviera capacidad de almacenaje (ya sabéis, pedir es gratis). Así que Kuenen comenzó con sus diseños y un tiempo más tarde, voilà, el primer Joolz estaba listo para ser comercializado. Corría 2007 cuando se lanzó el primer Joolz.
CURIOSIDAD: ¿Sabéis por qué se llama Joolz? porque está inspirado en jewels, que quiere decir «joyas» … y es que para Kuenen eso era lo que su producto le evocaba: algo precioso, hecho con mucho cariño.
El hecho de que Kuenen no fuera padre y en la práctica no hubiera usado nunca un cochecito de bebé más que suponer un problema fue una suerte porque le dio mucha mayor libertad a la hora de crear, ya que estaba libre de prejuicios e ideas preconcebidas. El primer Joolz, como todos los que vinieron después, trataba de solucionar las necesidades de los padres y para eso fue importante escucharles. Por ejemplo, una de las cosas que más interesaba a Kuenen era crear carritos que fueran cómodos para los padres, midieran lo que midieran. La ergonomía y la adaptabilidad fueron unos de los pilares de la marca desde el principio, así como la sostenibilidad.
Joolz practica esto que se ha dado en llamar diseño positivo, que viene a ser la idea de que el diseño puede contribuir a hacer una vida sana para los niños y sus padres, más comprometida y feliz. Y las ideas pueden venir de cualquier sitio: de las calles, de los paseos, de lo que dicen los padres e incluso de otras marcas que les inspiran de otros sectores, como Apple, por ejemplo, de la que admiran la funcionalidad y el diseño minimalista.
Además, no vale con decir que queremos una vida sana: Joolz predica con el ejemplo y trata de que todo el proceso sea lo más sostenible posible. Por ejemplo todo el packaging es reutilizable y se convierten en casitas para pájaros, sillas o renos, sus oficinas incluyen muchísima vegetación para tratar de minimizar la huella de carbono y (algo que nos gusta mucho) por cada Joolz vendido plantan un árbol.
La historia de Joolz no siempre ha sido fácil, no nos engañemos. Ha tenido momentos de crisis pero en este momento se encuentra en una trayectoria ascendente con un estratosférico crecimiento de un 725% en 7 años. ¡Más de 50.000 niños han echado una siesta en un Joolz Day!
La empresa que al principio formaron apenas 4 personas tenía ya en 2013 cerca de 30 y en torno a los 20 hijos (que hacen habitualmente de modelos para la marca). Ha lanzado colecciones limitadas de todo tipo (incluida una Tokio Collection) y sigue en constante crecimiento, ahora con la inclusión en su portfolio del nuevo Joolz Hub. Sin duda el crecimiento de Joolz no es casualidad: mucho diseño, mucha pasión, muy pocos prejuicios y una sólida filosofía detrás.
2 respuestas a «La historia detrás de Joolz»
Hay tantas marcas de cochecitos buenos, que a la hora de elegir nos volvimos locos!, sobre todo siendo primerizos!
Ya está bi n de hipocresía….mucho mima la ecología y que las cajas se reutilicen, que si queremos poca huella de carbono….pero luego donde se fabrica???? En China, país que más incumple por sistema la emisión de CO2, con lo que ya nace con una buena huella de carbono, acrecentada después con la enorme huella de carbono contaminante emitida por los cargueros que transportan los productos Made in China hasta Europa….no queramos colgarnos etiquetas de ecologista mientras fabriquemos en China. Su queremos ser responsables fabriquemos en nuestros países de origen, en este caso Países Bajos, pero claro, con lo que cobra un trabajador holandés no nos hacemos ricos fabricando cochecitos de bebé