Estaréis conmigo en que de unos años a esta parte los etiquetados nos llevan a todos por la calle de la amargura. ¡No hay quien entienda nada! Que si los bisfenoles, los ftalatos … los que hace muchos años dejamos la química atrás no terminamos de enterarnos de qué va la fiesta y porqué son malísimos y hay que evitarlos con los bebés. Hoy os quiero hablar de los parabenos y para ello me he traído a la gente de Skinlove para que me ayuden.

¿Qué narices son los parabenos?
Esa es la primera pregunta que debemos hacernos porque no tenemos demasiado claro porqué es mejor un producto «sin parabenos» que uno que los tenga y sobre todo ¿es peligroso que los tengan?
Los parabenos son unas sustancias orgánicas que están en algunas frutas y verduras. En su forma orgánica no presentan absolutamente ningún problema ni han de ser evitados porque se metabolizan y ya está. El problema reside en que cerca de un 90% de los parabenos que se utilizan son sintéticos… y esto es definitivamente otra historia.
En los etiquetados los podréis encontrar con el sufijo -paraben (etilparaben, propilparaben, isopropilparaben… bueno, ya os hacéis a la idea). Es bastante común que una formulación tenga varios de estos.
¿Parabenos para qué?
Hasta hace un tiempo la industria cosmética utilizaba los parabenos para todo porque era una manera muy barata y fácil de evitar la proliferación microbiana en los productos. Barata, fácil y eficaz, porque sin duda consigue su objetivo, así que lo raro era encontrar algún producto que no los tuviera.
Su uso es en principio seguro y la Unión Europea los reconoce, cataloga y aprueba, es decir, que no os extrañe encontrároslos en las formulaciones de cosas que consumís habitualmente.
¿Y por qué mejor sin parabenos?
¿Es un drama encontrarnos un parabeno en algún producto de los que consumamos habitualmente? No. Pero actualmente asistimos a un proceso de intentar eliminar los parabenos de las composiciones de los productos de belleza sobre todo a raíz de un estudio de 2004 llevado a cabo por la Dra. Phillipa Darbre en la Universidad de Reading en Reino Unido. Éste decía que en el 90% de los pacientes con cáncer de mama había trazas de parabenos y al parecer estos podrían haber contribuido al desarrollo de tumores.
A raíz de este estudio, sólo se permite el uso de parabenos de cadena corta (metil y etil parabenos) en un máximo de un 0,4%. Los cadena más larga se pueden usar pero todavía en menor cantidad (0,14%) y siempre y cuando no se destinen a productos para menores de 3 años. El resto de parabenos fueron prohibidos en 2014 al no haber suficiente información sobre sus riesgos y seguridad (isopropyl-, isobutyl-, phenyl-, benzyl- y pentylparaben)
Por eso algunas marcas como Skinlove y otras han decidido apostar por eliminarlos totalmente y buscar alternativas, así como dedicar dinero a la investigación para buscar conservantes que sean seguros. De momento lo que se utiliza son conservantes tipo sales, aceites esenciales, moléculas o alcoholes vegetales. Tal vez sea algo que las empresas que venden a mayor escala no siempre pueden hacer por la misma cadena de distribución, que es más larga, pero empresas pequeñas está bien que se comprometan con ello.
¿Hay que evitar los parabenos (sintéticos, claro)? Si tenemos menores de 3 años, sin duda, y si son mayores de esta edad en la medida de lo posible y sin obsesionarnos pues también mientras esperamos que se siga investigando sobre el tema.